sábado, 28 de abril de 2012

El mayor error de mi vida fuiste tu...

Muchas veces me he arrepentido de mis actos, porque sabia que no estaba bien, que no era lo mejor y lo correcto. Pero era lo que necesitaba en ese momento.
Unas veces huía de los problemas y otras veces los enfrentaba cara a cara.

Siempre solucionaba, o intentaba solucionar, las cosas por mi misma, pero he aprendido que sin el apoyo de los demás es difícil que te levantes, que des un paso hacia delante y continúes con más fuerzas y ganas que antes. Como si aquellos tropezones fuesen lo mejor, porque siempre sabia que después vendría algo o alguien que me salvaría de la caída.

Pero precisamente tu has desmoronado ese muro que levante con esfuerzo y firmeza sobre mi, ese muro que me separaba de los demás, ese muro que construí con el único objetivo de ser derribado en un futuro y con la esperanza de convertirse en mi salvavidas en el presente... Ese muro que nunca pensé que fuera destruido por ti, sino por alguien mejor, alguien hecho para mi.

Ahora sé lo que se puede llegar a sufrir en estas situaciones, nunca me había envuelto en ellas por miedo a caer, por miedo a lo desconocido... Y ahora que estoy en ello, no sé que es lo mejor. Sinceramente no me esperaba que sucediera... pero creo que mi corazón quería dejar de ser frío y mi mente abrirse y supongo que así traspasé el muro.

Quizá necesitaba un cambio, algo que me hiciera vivir lo que nunca había vivido. Dejar de pensar en el futuro y dejarlo todo para el día de mañana, cuando podía hacerlo en el día del presente. Ahora veo que he desperdiciado un pasado algo quebradizo y lleno de huellas marcadas en mi ser. Pero sé que si no hubiera hecho esos detalles no estaría aquí, a parte de que tampoco sería la persona en la que me he convertido hoy.

Tengo la sensación de que siempre estoy pendiente del tiempo. Que siempre tengo que tener planeado el futuro y que en el pasado ya está todo hecho. Y siempre me olvido del presente, de vivir el momento, de estar disfrutando de las cosas que tengo día a día...

Es extraño, pero sé que todo tiene un fin y que todos estos cambios han sido a mejor. Aunque siempre estaban rodeados de los peores momentos de mi vida... Pero estoy segura de que todo mereció, merece y merecerá la pena.

El caso es que siento cosas que evitaba. Como el amor platónico que tuve por cierta persona, que nunca ha desaparecido, y llegados a este punto, no estoy segura de que desaparezca... Y eso me confunde, porque siendo un amor platónico suele durar poco... y ya he perdido la cuenta del tiempo que llevo así. Luego llegaste tu, una etapa que apareció dentro de la otra. Las cosas del pasado salieron mal, y ahora en el presente apareces para desconcertarme, pero tal vez sea bueno, porque en cierto modo me apoyaste en mi debilidad, en mi miedo para abrirme... Pero ambos sabemos que es imposible, que somos incompatibles y que solamente será una etapa de nuestra vida. Y por último está otra persona que llegó al mismo nivel que mi amor platónico. Si, lo confieso, fue tu forma de mirarme, de decirme "te lo crees o no te lo crees", pero sobre todo por tu forma de ser, por tu forma de fijarte en mí y animarme a sacar lo que llevo dentro.

No espero que nadie lo entienda, solamente es una forma de desahogar toda una acumulación de tiempo. Esto es todo por hoy, una de las lecciones que más me ha costado masticar y tragar en lo que llevo de vida:

El "amor"...

Saludos
~~AndRea~~

martes, 24 de enero de 2012

Querida vida:

¿En qué nos hemos convertido?

Todo es extraño, fuera de lo normal. Espera, ¿esto es lo normal?


En cierto modo no encuentro un lugar agradable, en el que pueda sentirme yo misma. Todo es tan "superficial". Ya nadie mira por los demás, sino por ellos mismos. Ahora todos ven lo que quieren ver de mi.

¿Es esto la realidad? ¿Qué es sino? Cada uno sólo se preocupa de sus intereses y luego pasa, que no saben lo que tienen hasta que lo pierden... Ójala todo fuera tan diferente.

Me siento impotente, frustrada y confusa. No quiero hacer lo que hace todo el mundo. Y sobre todo me siento perdida. Me resulta imposible estar en esta situación, he llegado al punto de la desesperación. Por mucho que me esfuerzo no consigo que todo vuelva a la normalidad. Entonces, ¿para qué malgastar las pocas fuerzas que me quedan si ya nadie se preocupa por mi?



Lo peor de todo esto es que no es un sueño, sino la realidad....

 

martes, 15 de noviembre de 2011

¿Qué más decir?

Siento que mi vida se acaba...

Que me voy a extinguir...

Siento que no merece la pena luchar... 

Que a veces me tengo que rendir...

Siento que no aguanto más la presión que hay en mí...

Que estoy cansada de ser así...

Siento que no puedo...

Que no quiero salir...

Siento que la rutina de cada día es igual...

Que sólo las personas la pueden cambiar...


Estoy cansada de siempre encontrar lo mismo, de ser diferente, de estar pensando en lo que no debo...Una voz desde mi interior dice: "Para de pensar, porque así no se arreglan las cosas" Pero siempre hago lo contrario.

Llevo tanto tiempo así que no sé si está bien o mal lo que hago.
Muchas veces creo que soy invisible para los demás. Tampoco es que me importe, siempre he sido y soy independiente. Es cierto que todos tenemos bastantes problemas como para estar pendientes de los demás, lo comprendo, a mi también me sucede, y por eso no soy capaz de decirles lo que me pasa...

Hay momentos en los que es mejor no hacer nada... precisamente por eso no quiero decir nada a nadie, aunque por dentro me esté "pudriendo", para que no se preocupen por mi. El problema es que si no digo nada tampoco se dan cuenta. Soy consciente de que suena avaricioso por mi parte... pero llevo tanto tiempo así que no soy yo y creo que nadie lo ha notado.

Estoy casi segura de que la gente solo quiere oír, ver y sentir lo que quiere.. no lo que hay, lo que se presenta, es decir, la realidad. Sino que ponen delante lo que quieren y lo confunden.

Es en este momento, cuando la gota colma mi vaso y el agua sale a borbotones sin más. Cuando no hay nadie que pueda pararlo, ni siquiera mi autocontrol, porque todos mis esfuerzos de paciencia, espera y lucha están tan desgastados que no se pueden recuperar.

Lo peor es que he querido tapar demasiado... Y lo he querido alejar mediante la paciencia... lo que he querido ocultar... Y por eso ahora soy más invisible de lo habitual para los ojos y sentidos de las personas.
Ya no soy la chica transparente y fluida que era antes. Cada día que pasa me convierto en piedra y dureza...

¿En qué me he convertido?


-Lección de hoy: 
>>Sigo pensando en silencio...
Callando mis sentimientos.<<


domingo, 24 de abril de 2011

A veces en la vida...

A veces en la vida, todo se marchita, como una rosa roja que se seca por falta de agua o por el exceso de ella.

A veces en la vida, no todo es alegría, ahora es cuando te das cuenta de que no eras aquel/lla niño/a que no paraba de jugar y reír y creerselo todo.

A veces en la vida, desearía volver a la infancia y no dejarla pasar, disfrutar del día sin complicarme la vida, pensando en ser como Peter Pan.

A veces en la vida, siento que estoy sola, que nadie me ayuda a tomar las decisiones, que nadie me da consejos, que nadie se preocupa por mí... que soy insignificante para el mundo en si.

A veces en la vida o en los sueños intento llegar hasta ti, sabiendo que tú nunca te fijarás en mi...

A veces en la vida, desearía que los sueños se cumplieran por buenos o malos que sean...

A veces en la vida, cuando veo mi realidad y mi soledad creo que no es vida sino sufrimiento...

A veces en la vida, me gustaría morir como una orquídea, con las flores preciosas callándose y los tallos fijos con una presencia marchita...

A veces en la vida, después de un mal momento, de malos recuerdos, por fin llega la alegría...

A veces en la vida, no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes...

A veces en la vida, me canso de luchar porque lo imposible me supera...

A veces en la vida, deseo estar a tu lado, pero soy consciente de que es imposible y que debo despertar de mis sueños...

A veces en la vida, quisiera no tomar decisiones pero sin ellas no habría vida...

A veces en la vida, debo agradecer tantas cosas a la gente que me quiere o que me odia, que nunca me cansaré de decirlo...

A veces en la vida, prefiero estar sola que mal acompañada...

A veces en la vida, no soy consciente de las buenas personas que tengo a mi alrededor y por las que lucho día tras día por alcanzar mi sueño...

A veces en la vida, necesito desahogar los pensamientos que tanto me carcomen por dentro...

A veces en la vida, me cuesta confiar en los demás por miedo a recibir una puñalada por la espalda de la persona menos esperada...

A veces en la vida, quiero ser libre y galopar a favor del viento llevándome a sitios inimaginables, desconocidos...

A veces en la vida....

Sueño y no paro de pensar en ti, por lo que lucharé, aunque sea en silencio, por llegar a tu lado y permanecer junto a ti. Porque eres una buena persona solo me falta tener más paciencia y confíar en ti.

A veces en la vida...

Gracias por existir y por ser la persona que me hace luchar y superar mis fuerzas todos los días. Sin ti creo que no estaría donde ahora estoy, ni sabría decirte si quiera quién soy. De verdad muchisimas gracias por esos momentos malos y buenos que espero disfrutar a tu lado. GRACIAS DE CORAZÓN AMIGA. Contigo me sobran las palabras pero nunca faltará un verdadero "GRACIAS"


Aisha

domingo, 20 de febrero de 2011

Cap.3.¡Por fin viernes!

¡Por fin Viernes! ¡Bien! Me he levantado a las 8 menos 10, porque ¡tengo examen de mate! buff que nervios…pero yo creo que me saldrá bien, no es muy difícil… Después de repasar un rato me visto y mi primera frase del día es… ¡mierda! ¡Tengo gimnasia! Y me tengo que poner el chándal… ¡con lo que lo odio! Olvido ese pensamiento y me voy a la cocina, me preparo unas tostadas y una se me quema…es lo que nos pasa a los principiantes en la cocina...jaja...

Me lavo los dientes y miro el reloj, me doy prisa ya que Aisha me está esperando abajo y no me gusta llegar tarde. Cuando bajo las doy los buenos días y me coloco como siempre al lado de Aisha y comento con ella los planes que tenemos para hoy, unos que la han gustado mucho a ella. Llegamos a clase de inglés y nos tocaba hacer un diálogo. Le terminamos pronto y nos ponemos a hablar, como siempre… Después nos toca alemán, clase que Aisha y yo odiamos y siempre decimos… ¡último año que cogemos alemán! Aunque luego eso por desgracia no será verdad. Salimos contentas de alemán ya que hasta el martes no tenemos y nos toca tutoría, pero por suerte nos llevaron a los ordenadores para mirar nuestros estudios futuros. Yo sé que voy a ser profesora de infantil o de latín, pero Aisha se trae mucho jaleo, porque está empeñada en ir a Salamanca, pero claro, periodismo allí no hay, así que ha elegido finalmente hacer documentación, un buen paso para ser escritora.

En el recreo estamos todos nerviosísimos y nuestras amigas Alice y Yaiza se disponen a ir a clase para comenzar su examen de matemáticas. Ellas están más nerviosas que nosotras ya que sus mates son las “difíciles”. Nosotras tenemos educación física… ¡puf a correr! Por suerte siempre me pongo con Aisha y es tan maja que corre más despacio por mí…aunque a veces también me lleva muy rápido y casi muriéndome, ella me dice que me pare, ya que mi resistencia física es menor que la suya, pero cojo fuerzas y sigo corriendo.

Llegamos a música y la profesora nos deja estudiar matemáticas. Aisha y yo comenzamos a ponernos nerviosas, pero finalmente se nos pasan los nervios… Llega la profesora de Matemáticas, feliz como siempre y nos da la gran alegría de que nos deja calculadora, jaja… Salimos del examen y comparamos soluciones. Aisha cree que ha suspendido la tercera parte, pero seguro que la recuperará.

Llego a casa, como, me pongo un rato al ordenador, me ducho, me visto y me voy a coro con Aisha, Alice y Yaiza. Después de coro nos vamos Aisha, Yaiza y yo junto con un grupo de chicos y chicas mayores que nosotros a una presentación de un libro. Dura alrededor de una hora.

Después de esa eterna hora nos vamos junto con los chicos del grupo al Burger King a cenar algo. Todas las que atendían eran extranjeras, y a Aisha la dieron mal su pedido, pero le cambió a tiempo. Mientras cenábamos hablamos de cosas interesantes, y al cabo de un rato decidimos irnos. Nos despedimos de ellos y acompañamos a Yaiza a su casa. Allí estuvimos jugando con su perro y nos dejó un paraguas ya que llovía, pero cuando salimos de su casa ha dejado de llover… ¡qué coincidencia!

Por el camino nos recoge el padre de Aisha y me lleva a casa. Despido a Aisha y a su padre cuando me traen a casa. Llego a casa, hablo con mi madre y me pongo al ordenador a hablar con Aisha. La despido y me voy a la cama ya que estoy muerta de sueño. Cuando me meto en la cama, tengo frío y no cojo la postura correcta. Me pongo boca abajo y ya no sé lo que paso después, me quedé frita…


LUCY

domingo, 13 de febrero de 2011

Cap.2.¡Por fin viernes!

Era un día como otro cualquiera. Me levanté de la cama, me vestí, desayune, cogí las cosas y me dispuse a ir a la parada del autobús, allí como la mayoría de los días, había una chiquilla con dos o tres años más que yo, pero al ser bajita aparentaba menos. Menos mal que era viernes, nuestro esperado viernes, el viernes en el que ves a gente no habitual. Llevaba dos semanas irritables, borde, no sé, en general con un malestar interior, pero tras estas semanas ETERNAS, por fin viernes.

Tras bajar del autobús, una amiga y yo siempre pasamos a buscar a un compañero de clase. El siempre responde un sí, un va, un ya bajo, un voy, casi siempre suelo adivinar lo que va a decir. Cuando sale de casa, siempre está dormido y un poco descolocado (mal vestido) y siempre que entramos en clase le coloco las cosas. Mientras caminamos para el colegio, nos encontramos a muchos niños que marchan a sus colegios, la mayoría acompañados, y unos de esos niños por no decir hombre, es un chico que vemos por la tarde (tarde del viernes).

Me gusta estar con la música puesta en todo momento, y a todo volumen, ello hace que me pueda evadir del mundo, que pueda escuchar lo que la gente dice cantando. La música es la gran amiga que nos ayuda a expresar aquello que sentimos. Puff amo la música y todo lo relacionado con ella.

En el colegio todo transcurre con normalidad, seis horas sentada en una silla mirando hacia todas las direcciones, compañeros, pizarra (a menudo), escuchando cantidad de chorradas y de cosas interesantes, hablando, hablando con mis compañeros, amigos mejor dicho, riéndome a carcajadas sobre cualquier parida dicha.
Alice, con ella paso la mayor parte del tiempo que paso en el colegio, pues ella quiere estudiar lo mismo que yo y a demás, se sienta delante de mí y cualquier día de las risas nos van a echar de clase.

Al salir de las clases me entra un subidón, después de pasarte 30 horas metidas en un sitio, supongo que es lo más normal. Cuando llego a casa mi perro me espera desde el porche, esta saltando como loco desde que me ve, yo creo que es la única persona que se alegra al verme (persona, porque para mí es un miembro más de la familia). Como, lo que me da tiempo a comer, porque al vivir lejos, tengo menos tiempo para hacer las cosas.

Por la tarde voy con Lucy, Aisha y Alice, a la escolanía del colegio, a ellas también les gusta la música, y comparto más afinidad en sentido musical con Aisha, la conozco de poco tiempo, pero es una gran persona y espero poder estar con ella toda mi vida, la quiero mucho.

Después de coro, vamos a una actividad que hace una persona maravillosa, una persona que me ayuda en todo lo que puede y más. Allí conocí a gente más mayor que yo, pero que tiene las mismas ideas que yo, aunque ellos saben más cosas por supuesto, por algo son más mayores. Comparto con ellos ideales sobre el amor, ellos piensan lo mismo que yo, hasta se quedaron alucinados de que alguien de mi edad pensara así. Daré una y mil veces gracias a Dios por darme la vida tan maravillosa que tengo, por tener siempre y en todo momento personas que me quieren y personas a las que poder querer, por darme todos los días una razón para amar la vida que me da.

Yaiza

miércoles, 12 de enero de 2011

Cap.1.Otro día más


Era una tarde como cualquier otra, pero en la brisa del viento se podía notar algo extraño.

Caminaba por la calle, las tiendas estaban cerradas, los edificios abandonados, la gente desaparecida, los coches vacíos todo estaba cambiado, diferente.

Seguí mi camino solitario y me encontré con humanos que habían mutado a causa de un virus, por lo que ahora eran zombies sin cerebro, con las ropas rotas y la cara deformada, ya no eran humanos ni personas, habían perdido las capacidades propias de nuestra especie...

Estaban hambrientos, buscaban sangre fresca, mi sangre. Huí de ellos, pero era imposible, estaban en cada sitio que me rodeaba. Me sentía perdida y asustada. La oscuridad me envolvía y no tenía tiempo para huir de ella. Me resistí a dejarme llevar, pero al final mis fuerzas cedieron... Los zombies se acercaban, necesitaba huir para sobrevivir y así lo hice.

Cuando la noche paso, el amanecer salió, pero el miedo seguia en mi corazón. Hui por las calles intentando buscar sobrevivientes como yo. Pero mis esfuerzos eran inútiles, no había nadie humano.


¿Soy la única que ha sobrevivido a este caos?- Pensé.


De repente vi una sombra negra en frente, en la esquina de un edificio abandonado. Creí que era un reflejo de la oscuridad de mis ojos y estaba desesperada intentando buscarla... hasta que ella me encontró a mí.

Afortunadamente pude distinguir que no era una sombra cualquiera, creía que era una de esas espantosas criaturas, pero estaba confundida. Era un chico, de altura media que aparentaba unos 20 años, aunque en realidad tendría 23. Llevaba ropas oscuras y tatuajes... Pero ya no tenía miedo.

Estaba más segura a su lado porque él podía protegerme de los monstruos que nos rodeaban…


-¡Aisha! ¡Despierta ya que vas a llegar tarde!-Gritó mi madre tan fuerte que me despertó de aquel extraño sueño.

-Ahora voy mamá- Las palabras salían espesas de mi boca.


-Ahora no... ¡YA!- Estaba furiosa.


Acababa de tener el sueño (si es que eso se podía considerar como un sueño, porque más bien parecía una pesadilla) más extraño de toda mi vida. Y nunca podría olvidarlo. Miré el despertador, eran las 8:30 de la mañana. Este año el instituto empezaba a las 9:00 y era un horario distinto para nosotras, porque el año pasado entrábamos a las 8:30 y la idea de entrar media hora más tarde nos alegró a todas.

Por desgracia las vacaciones se habían pasado "volando". Cada vez eran más cortas y las clases ETERNAS... ¡Esto es desquiciante!

Me vestí con lo primero que pillé por el armario, un vestido negro, unos leggins también negros y botines del mismo color. Desenredé mi melena y me lavé la cara para despertarme. Esto de madrugrugar no me gustaba nada. Y menos si mi madre era el despertador...

Atravesé el pasillo corriendo y desayuné leche con galletas. Miré el gran reloj de la cocina eran menos cuarto... Ya no llegaba. Cogí la mochila, dije un simple "Adiós" y me largé de casa. Salí corriendo del portal. Menos mal que Lucy y las demás me estaban esperando porque eran menos diez...


-Aisha, ¡cada día llegas más tarde!- Se atrevío a decir Lucy.

-Puuff lo sé. Si veis que llego tarde no me espereis- Dije adormilada.

-Estamos todas ¿no? Pues vámonos- Concluyó Lucy.


Las horas de los lunes se agradecían. A primera hora Lucy y yo teníamos Latín, después Historia y antes del recreo Lengua. A cuarta Música, luego Teatro y por último Matemáticas. La verdad que las asignaturas estaban bien repartidas, por eso nos gustaba, sin embargo... El primer día de la semana siempre nos costaba arrancar...

Las horas, los minutos y los segundos nos llevaban siempre la contraria. Se paraban en el tiempo y parecía que nunca iban a abanzar... Yo siempre estaba pendiente del tiempo...

Por fin tocó la campana anunciando el fin de las clases... Salimos del insti y cada una se despidió para irse a casa. Casi todas vivían cerca del insti menos Yaiza. Y a mí me tocaba andar sola un corto trayecto. Me parecía un poco largo, porque por allí no pasaba mucha gente los viernes cuando llegaba a casa después de salir toda la tarde. Sin embargo a medio día cuando salimos sobre las 14:50, pasaba bastante gente, dependiendo de los días...

Puse la llave en la cerradura del portal y cuando iba caminando por el pasillo se oyó el cascabel de mi perra. Volví a poner la llave en la cerradura y nada más abrir la puerta estaba mi perra saludándome contenta de verme.


-Hola mamá. ¿Saco a Bella?-Saludé a mi madre que ya parecía más relajada.

-¿Qué tal el día? Cómo quieras, dentro de un rato está lista la comida...-

-Bien, cansada pero bien... Vamos Bellix, ven que te pongo el arnés-


Dejé la mochila en el suelo de mi habitación, puse el arnés a Bella y le enganché a la correa. Mi perra es un Yorkshire ni mediano ni pequeño, sino una mezcla de los dos. Yo pienso que es mi perra porque ella me considera la líder de la familia, aunque en realidad es de todos.

Salimos otra vez a la calle, se notaba que no habían sacado a Bella. Ella estaba alegre y ansiosa por salir. Dimos varias vueltas y volvimos a casa. Por fin la comida estaba lista. Ya había llegado mi padre de trabajar y hoy tocaba arroz con tomate y pollo.

Comentamos que tal el día y cuando terminamos cada uno se fue a terminar de hacer sus cosas. Yo encendí el portatil mientras hacía los deberes de mates... Todos los días chateaba con Lucy por el msm sobre los deberes y discutíamos sobre la música, porque a ella le gusta Justin Bieber y yo le odio... Menos mal que Yaiza me apoyaba en ese sentido...


Por lo demás, todos los días siempre tenía la misma rutina, salvo los fines de semana que eran los más esperados y disfrutados...



Aisha